
CCOO quiere aprovechar la celebración del Día Mundial del Cáncer para
denunciar la ocultación de casos de cánceres debidos a la exposición a
agentes cancerígenos en los lugares de trabajo y para exigir medidas que
acaben con su infradeclaración y permitan su prevención.

El cáncer es uno de los principales problemas de salud en el mundo y
en España. La mayoría de los casos se atribuyen a hábitos de conducta
individuales, pero una parte de ellos (entre un 10% y 4%, según las
estimaciones científicas) se deben a exposiciones a agentes
cancerígenos
en los lugares de trabajo, algo prevenible y para lo que existen
herramientas y legislación.
Pero para que la prevención se active es necesario la previa
identificación del problema, algo que para el cáncer laboral no está
sucediendo en España. Según los datos facilitados por la Sociedad Española de Oncología Médica se
estima que en 2012 se diagnosticaron en nuestro país 215.534 nuevos
casos de cáncer, que se elevarán hasta 246.713 en 2020. De ellos, unos
9.000 se deberían atribuir a exposiciones laborales, atendiendo a los
cálculos más conservadores. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
Los casos de cáncer laboral permanecen ocultos en nuestro país y ello
se refleja en las cifras oficiales de la Seguridad Social. En 2015, el
sistema CEPROSS (Comunicación de Enfermedades Profesionales en la
Seguridad Social) sólo registró la comunicación de 23 partes de
enfermedad profesional por agentes cancerígenos, de los cuales sólo 9
requirieron baja médica y ninguno correspondió a mujeres. La inmensa
mayoría de los casos, 19, corresponde a exposiciones a amianto, agente
cancerígeno cuyo uso está prohibido, 1 a cromo, 1 a hidrocarburos
aromáticos policíclicos y 2 a polvo de madera dura. El
sistema PANOTRATSS, que registra las enfermedades no traumáticas
consideradas accidentes de trabajo, no ha registrado ni una sola
neoplasia en 2015. En definitiva, en 2015 se han comunicado la mitad
de casos de cáncer laboral que en 2014, profundizando en la
infradeclaración de estas patologías.
Las escandalosas cifras de infradeclaración del cáncer ocupacional
son la prueba del fracaso del sistema de declaración y registro de
enfermedades de origen laboral en España. A juicio de CCOO, el nuevo
Gobierno debe fijar entre sus objetivos de salud pública la puesta en
marcha de un plan de choque que permita visibilizar la magnitud del
problema, promover la prevención, reparar el daño causado a los
trabajadores y trabajadoras víctimas de cáncer y mejorar la
investigación sobre este tipo de exposiciones. Entre otras medidas, es
urgente que España cumpla con la obligación legal de crear planes de
vigilancia de la salud postocupacional para los trabajadores que hayan
estado expuestos (art. 37.3.e del Reglamento de Servicios de Prevención y 8 del RD de cancerígenos en el trabajo) y ratifique el Convenio 139 de la OIT sobre el cáncer profesional, pendiente de firma desde 1974.
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