martes, 16 de febrero de 2016

Nota de Prensa: El Gobierno que no amaba a los inmigrantes


El Gobierno que no amaba a los inmigrantes
Centros de acogida a las personas refugiadas sin la plantilla necesaria, comedores sin comida o sin el personal de cocina mínimo, privatización de servicios que nunca debieron realizarse además de estar mal ejecutadas, explotación de las plantillas en las empresas subcontratadas, problemas de limpieza básica en los centros, peligros de enfermedades infecto-contagiosas y de plagas. Eso es lo que podemos encontrar en los
centros de inmigrantes gestionados desde el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Mucha miseria, poca sensibilidad con la población inmigrante y una sorprendente habilidad para obtener financiación desde los Fondos Europeos que no se traduce en ninguna mejora del servicio. 
Ha sido una constante en esta legislatura, al gobierno del PP no le ha preocupado ni se ha preocupado por la población inmigrante, tanto le da si son refugiados como si han venido a este país en los tiempos de las vacas gordas y han terminado siendo beneficiarios/as de una herencia de dudoso valor tanto en lo que se refiere a la precariedad en el empleo como a las condiciones de trabajo.
Pero nos centramos en las personas refugiadas, una situación especialmente sensible y de la que desgraciadamente no podemos huir a la hora de valorar los servicios que deben asegurarse desde la Administración general del Estado. El Ministerio de Empleo tiene cuatro centros de atención a los refugiados, uno en Mislata (Valencia), otro en Sevilla, otro en Vallecas y por último uno en Alcobendas.
Examinar la situación de uno de ellos nos da la pauta del resto. Por ello vamos a examinar la situación del CAR de Alcobendas y ver los despropósitos que afectan al mismo y los riesgos que ello conlleva.
La falta de plantilla del centro de trabajo está cuestionando el funcionamiento del mismo. Solo cuenta con dos cocineros/as. Se ha jubilado el otro efectivo y nadie parece capaz en el Ministerio de conseguir la autorización para contratar a uno. No importa que las 80 personas alojadas queden sin manutención. Las cuestiones burocráticas tienen mayor prioridad que garantizar unas condiciones de mínima dignidad humana en el centro. De momento se salva la situación por la buena disposición de parte de la plantilla, personas que sin ser cocineras están cocinando, personas que lo hacen gratis, pero sin que por ello deje de ser palpable el deterioro del servicio a la población alojada.
En el apartado de limpieza del centro de trabajo la situación es peor si cabe. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social directamente ha privatizado parte del servicio. Es la solución que siempre ha utilizado este Gobierno. Publica un concurso y bingo se lo lleva Ferronol Facility Service S.L. por el módico precio de 66.416,90 euros. La empresa está ubicada en Huelva y para el Car de Alcobendas contrata a personal con discapacidad al que luego parece no poder pagar, en los últimos meses de servicio ya se han ido seis personas por no cobrar. Indudablemente las condiciones de limpieza del centro también se resienten y el servicio que reciben las personas alojadas no es inmune a ello.
Si nos centramos en lo que afecta a la salud, a las cuestiones básicas de prevención, tampoco encontramos la más mínima sensibilidad. Se dan brotes de enfermedades infecto-contagiosas que no son comunicados a la plantilla, se soportan plagas de insectos, la última de chinches, sin que se adopten las medidas adecuadas en cada caso.
Mientras alguien en un despacho del Ministerio de Empleo y Seguridad Social deshoja la margarita de las posibles actuaciones, los inmigrantes en el centro de Alcobendas no están rodeados de porquería y no comen algo muy alejado de lo anterior por el sobreesfuerzo de la plantilla, aunque siempre los menús queden resentidos en calidad y elaboración. Mientras alguien en el Ministerio de Empleo duda sobre lo que debiera hacer se sigue permitiendo la explotación de ciertos colectivos de trabajadores/as por empresas oportunistas y se sigue mirando por otro lado sin que se pueda entender que es lo que se pretende proteger.
Como remate, la Secretaría General de Inmigración y Emigración de este Ministerio, no tiene mejor ocurrencia que financiar con cargo a los fondo europeos, en concreto con cargo al Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI), el grueso del coste de la nómina de la plantilla de estos centros, una subvención que va a cubrir dicho concepto desde el 1 de enero de 2014 y que difícilmente puede asumirse como una decisión que quepa justificar dentro de los objetivos específicos de un unos fondos que pretenden reforzar la situación previa existente en la atención a las personas refugiadas.
Con ello el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el Gobierno consigue la cuadratura del círculo: Un servicio lamentable a coste reducido y cumpliendo objetivos comprometidos en Europa que no se traducen en nada tangible para la población refugiada.

Desde CC.OO. venimos insistiendo en los últimos tres años en la necesidad de arbitrar soluciones definitivas a los graves déficits que se manifiestan tanto en los CAR (Centros de Acogida de Refugiados) como en los CETI (centros de Estancia Temporal de Inmigrantes) tanto en lo que afecta a medios humanos y materiales. Pocos avances ha sido posible concretar a pesar de las espeluznantes cifras que se manejan y los despropósitos de este Ministerio están llegando a un punto intolerable.

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